Christian Gray, el profesor que anotó el gol imposible a Boca Juniors
Un maestro de educación física en Nueva Zelanda sorprendió al mundo al marcar el empate del Auckland City frente a Boca Juniors en el Mundial de Clubes.
En un giro inesperado que quedará en la historia del fútbol neozelandés, Christian Gray, profesor de educación física y futbolista amateur, se convirtió en protagonista de una de las sorpresas del Mundial de Clubes al anotar el gol del empate del Auckland City ante Boca Juniors (1-1) en Nashville, Estados Unidos.
Gray, de 28 años, forma parte del cuerpo docente del prestigioso Auckland Grammar School, una institución educativa masculina de 13 a 18 años fundada en 1869, célebre por haber formado a figuras como Edmund Hillary, el primer hombre en escalar el Everest, y al menos cincuenta jugadores de los All Blacks, el mítico seleccionado de rugby de Nueva Zelanda.
A ese legado ahora se suma una hazaña futbolística: el gol con el que Gray, defensor central del modesto Auckland City, permitió a su equipo despedirse con dignidad de la fase de grupos ante un Boca Juniors que llegaba urgido de una goleada para clasificar. El empate significó un histórico logro para el conjunto neozelandés, único equipo semi amateur del torneo, que había sido previamente vapuleado 10-0 por el Bayern Múnich y 6-0 por el Benfica.

“Estoy sin palabras. Es surrealista, todavía no lo asimilo. Obviamente, es el gol más importante de mi carrera”, declaró Gray tras el encuentro. Su historia no es común en el fútbol profesional: durante el año enseña educación física y entrena solo dos veces por semana con su equipo. En la lista oficial de profesores del colegio, su nombre aparece justo después de los maestros de matemáticas y física. Para acudir al torneo, Gray tuvo que pedir licencia laboral.
El equipo de los oficios
El Auckland City representa una rara mezcla de profesionalismo competitivo y realidad laboral cotidiana. En su plantel, además de profesores, hay ingenieros, peluqueros, empleados públicos y vendedores de celulares. Uno de los arqueros suplentes, el uruguayo Sebastián Ciganda, relató que trabaja limpiando piscinas y jacuzzis en Nueva Zelanda. “Me pedí vacaciones, o si no, debía renunciar. No cobré ni un dólar por estos días que estuvimos en Estados Unidos”, contó. El premio de un millón de dólares que la FIFA entregará por el empate será dividido equitativamente entre jugadores y cuerpo técnico.
Un Boca sin rumbo
La noche fue especialmente amarga para Boca Juniors. El conjunto argentino, que había empatado con Benfica (2-2) y caído dignamente ante el Bayern Múnich (2-1), necesitaba golear por seis goles a Auckland City y esperar una victoria alemana para avanzar. Nada de eso ocurrió: Benfica derrotó 1-0 a los bávaros y Boca apenas logró abrir el marcador con un gol en contra del arquero neozelandés Nathan Garrow. El empate llegó a los 52 minutos, con Gray rematando a la red tras una jugada aislada, en medio de los 82 centros lanzados sin éxito por el equipo xeneize.

Ni siquiera el debut del uruguayo Edinson Cavani logró cambiar la historia. Al término del partido, Cavani declaró: “No creo que haya sido tan decepcionante. Cuando meten diez jugadores atrás no es fácil poder entrarle”, minimizando el impacto de la igualdad frente a un conjunto amateur.
Legado inesperado
Para Christian Gray, su gol representa algo más que una simple anécdota deportiva: es una cima alcanzada que resuena con fuerza en un país donde el fútbol aún lucha por un lugar entre los grandes. Como su compatriota Hillary, Gray también conquistó su propio Everest. Y lo hizo frente a Boca Juniors.
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Alfredo Rosell Guevara
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