Universitario: la derrota que se cocinó desde el vestuario
La noche en el Monumental no fue solo una goleada: fue una radiografía de cómo se puede perder un partido antes de jugarlo. Universitario cayó 0-4 ante Palmeiras, pero el marcador, más que reflejar la jerarquía brasileña, expuso un planteamiento táctico incomprensible para un equipo que se presentaba como local y que, supuestamente, quería competir en octavos de final de la Copa Libertadores.

Salir con tres defensores frente a un rival con más ritmo, más experiencia y más variantes ofensivas fue como abrirle la puerta y ponerle alfombra roja al ‘Verdao’. El técnico crema pareció más preocupado por el torneo local que por intentar dar el golpe en la copa. Guardar jugadores ante Palmeiras es, básicamente, salir a perder. Y cuando se presume de la superioridad del rival antes del pitazo inicial, lo más probable es que la cancha confirme ese complejo.

El libreto se escribió temprano: a los 7 minutos, Gustavo Gómez marcó de penal tras una falta infantil de Di Benedetto sobre Vitor Roque. Veinte minutos después, José Manuel López firmó el segundo con la complicidad de una defensa que nunca supo cómo achicar espacios. Riveros, en un error grosero, regaló el tercero a Roque antes del descanso. Y, como si no fuera suficiente, López volvió a aparecer a los 75’ para sellar el 0-4 que pudo ser peor.

El Monumental quedó en silencio y Palmeiras se llevó no solo los goles, sino la sensación de que enfrentó a un equipo que jamás creyó poder ganarle.

La Libertadores no perdona las concesiones, y anoche Universitario aprendió que la experiencia se paga cara y que los octavos de final no son laboratorio de pruebas.
Alfredo Rosell G.
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