¿EE.UU. prepara una intervención militar en Venezuela? El recuerdo de Noriega revive en América Latina

Washington ha desplegado al menos seis buques de guerra, entre ellos destructores y una fragata Aegis, además de un submarino nuclear y unos 4.000 infantes de Marina en el mar Caribe. Según el Pentágono, la operación busca reforzar la lucha contra el narcotráfico y debilitar a los cárteles de la droga que operan en la región. No obstante, el movimiento militar ha incrementado las tensiones con Caracas y desatado las especulaciones sobre una eventual intervención contra el régimen de Nicolás Maduro.

El despliegue recuerda a episodios históricos en América Latina. En 1989, Estados Unidos ejecutó la Operación Causa Justa para capturar al dictador panameño Manuel Antonio Noriega, bajo cargos de narcotráfico, lo que derivó en su derrocamiento y en una transición política forzada. Para muchos analistas, ese precedente resuena hoy en Venezuela, aunque el escenario geopolítico es mucho más complejo.

Caracas respondió movilizando más de cuatro millones de milicianos y reforzando planes de seguridad interna, mientras Maduro advirtió que el país “se mantendrá pacífico, pero está preparado para la lucha armada” si se concreta una invasión. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, insistió en que Venezuela “responderá con fuerza” a cualquier agresión.

Expertos internacionales consultados coinciden en que, si bien el despliegue constituye una clara demostración de poder naval, las probabilidades de una intervención directa son bajas. Washington enfrenta múltiples frentes abiertos —desde Ucrania hasta Taiwán— y un ataque a Venezuela podría generar una respuesta en bloque de países aliados de Caracas, como Rusia, China e Irán.

Aun así, la presión militar se suma a las sanciones económicas y al aislamiento diplomático que Estados Unidos impulsa contra el chavismo. Para algunos analistas, el objetivo de la Casa Blanca no sería una invasión inmediata, sino erosionar la capacidad de resistencia interna del régimen y enviar un mensaje inequívoco de fuerza en el Caribe.