¿Invadirá EE.UU. a Venezuela? Las claves del despliegue militar en el Caribe
El inédito movimiento militar de Estados Unidos en el sur del Caribe ha generado una ola de especulaciones sobre una posible ofensiva contra el régimen de Nicolás Maduro. Se trata de la mayor presión en más de una década, un escenario que no sólo agita las aguas de la política venezolana, sino también del tablero internacional.
¿Se prepara una invasión?
De momento, no. Expertos coinciden en que el despliegue de destructores y submarinos en la zona no responde a un plan de invasión directa. John Polga-Hecimovich, politólogo de la Academia Naval de EE.UU., señala que “no existen fuerzas suficientes para sostener una operación de ese nivel” y recuerda que la opinión pública estadounidense tampoco respalda una incursión de gran escala tan cerca de su propio territorio.

La estrategia de Washington parece más orientada a aumentar la presión política y militar sobre Caracas, siguiendo un patrón similar al empleado en otras crisis internacionales.
¿Una operación para capturar a Maduro?
En sectores de la oposición venezolana ha tomado fuerza la hipótesis de una “extracción” al estilo de operaciones especiales, una maniobra que trasladaría a Maduro a una corte estadounidense. Sin embargo, especialistas la consideran improbable y de eficacia limitada. “Sacar al jefe no elimina al resto de la estructura de poder chavista”, advierten analistas, recordando la influencia de Diosdado Cabello, Vladimir Padrino López y la cúpula civil-militar que sostiene al régimen.
El verdadero objetivo del despliegue
El movimiento militar se interpreta más como un gesto de demostración de fuerza. Fuentes diplomáticas indican que Donald Trump busca un doble efecto: forzar fisuras internas en el chavismo y, al mismo tiempo, enviar un mensaje a sus electores de mano dura contra el narcotráfico y la migración irregular.
La Casa Blanca acusa al chavismo de sostener redes criminales vinculadas al narcotráfico y a mafias transnacionales como el Tren de Aragua, grupo surgido en cárceles venezolanas y señalado por delitos como extorsión, trata de personas y sicariato. No obstante, estudios revelan que su vínculo con el Cártel de los Soles —la presunta red de narcogenerales chavistas— está más alimentado por la narrativa política que por pruebas contundentes.

Contradicciones en la relación Caracas-Washington
Mientras se intensifica la ofensiva retórica, persisten los canales de diálogo. Chevron ha retomado exportaciones de petróleo desde Venezuela hacia Estados Unidos, y los vuelos con deportados venezolanos continúan aterrizando en Caracas. En paralelo, Maduro ha optado por moderar sus ataques verbales hacia Trump, reservando sus críticas más duras para figuras opositoras como María Corina Machado.
Una crisis en terreno incierto
El episodio del presunto ataque con un misil a un bote pesquero con 11 supuestos “narcoterroristas” añade más incertidumbre. El chavismo lo califica de montaje digital, pero si se confirmara su veracidad, abriría un nuevo capítulo de interrogantes sobre los actores involucrados en el Caribe.

En definitiva, la ofensiva estadounidense no parece buscar una invasión inmediata, pero sí marcar territorio en una región donde la crisis venezolana, el crimen organizado y la geopolítica se entrelazan cada vez más.
✉️ Alfredo Rosell G.
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