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Juan José Santiváñez: cuestionamientos éticos y crisis de legitimidad en el Ministerio de Justicia

El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan José Santiváñez, se encuentra en el centro de una tormenta política y mediática que ha puesto en entredicho no solo su permanencia en el cargo, sino también la credibilidad institucional de la cartera que representa. Audios difundidos en distintos medios de comunicación revelan presuntas gestiones realizadas por el actual ministro en favor de un excliente suyo, cuando aún ejercía como abogado defensor independiente.

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Las grabaciones sugieren que Santiváñez habría buscado beneficios penitenciarios para Miguel Marcelo Salirrosas, alias “El Diablo”, exmiembro de la Policía vinculado a la organización criminal “Los Injertos de K y K”. En uno de los audios, se le escucha afirmar que estaba “moviendo cielo y tierra” para lograr su cambio de pabellón en el penal El Milagro de Trujillo. El propio ministro reconoció haber recibido en su despacho a la esposa del sentenciado, aunque insistió en que tal reunión no configura un delito ni un patrocinio indebido.

Crisis en la gobernabilidad y la institucionalidad

La situación ha escalado al plano político. Diversos congresistas, entre ellos Susel Paredes, anunciaron la recolección de firmas para presentar una moción de censura en su contra, alegando que un funcionario con antecedentes de prácticas poco éticas no puede estar al frente de una cartera encargada de velar por los derechos fundamentales y la justicia en el país. Hasta el momento, se han conseguido 34 firmas provenientes de distintas bancadas como Renovación Popular, Perú Libre, Podemos Perú y Somos Perú.

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La controversia no solo afecta la figura de Santiváñez, sino que además proyecta una mala imagen de gobernabilidad e institucionalidad en un ministerio clave para la defensa de los derechos humanos. La permanencia de un funcionario con cuestionamientos éticos genera desconfianza ciudadana y pone en riesgo la legitimidad de las políticas públicas impulsadas desde dicha cartera.

Una herida a la ética pública

Los audios ponen en evidencia una conducta que, si bien aún debe ser materia de verificación legal, revela prácticas contrarias a la ética profesional y a los principios de imparcialidad que deben regir en el ejercicio de la abogacía. Santiváñez ha sido señalado de aprovechar contactos e influencias para interceder por intereses particulares, lo que contradice la solvencia moral que se espera de un ministro de Justicia.

Para especialistas en gobernanza, la continuidad de Santiváñez en el cargo agrava la crisis de confianza que atraviesa el Ejecutivo y debilita la institucionalidad democrática. El Ministerio de Justicia, más que cualquier otra cartera, debe ser un ejemplo de transparencia y probidad, atributos que hoy se ven seriamente cuestionados.

El proceso político

De prosperar, la moción de censura contra Santiváñez deberá debatirse en el pleno del Congreso en un plazo de entre cuatro y diez días desde su presentación, requiriendo el voto favorable de más de la mitad del número legal de legisladores. En paralelo, algunos parlamentarios también han planteado una eventual censura al premier Eduardo Arana, a quien Santiváñez habría pedido apoyo en las gestiones a favor de Salirrosas.

¿Un golpe a la imagen del Gobierno?

Este episodio representa un nuevo golpe a la frágil imagen del Gobierno de Dina Boluarte, ya golpeado por cuestionamientos en materia de derechos humanos y gobernabilidad. La permanencia de Santiváñez podría convertirse en un símbolo de la falta de filtros éticos en la designación de altos funcionarios, lo que repercute directamente en la percepción internacional del Perú como un país que respeta el Estado de derecho.

Más allá del desenlace político en el Congreso, el caso Santiváñez pone sobre la mesa un debate urgente: la necesidad de que quienes lideren instituciones vinculadas a la justicia y los derechos humanos cuenten con un historial intachable, tanto en lo jurídico como en lo ético, para no seguir profundizando la crisis de legitimidad que atraviesa el país.

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