Conmoción en Países Bajos: policía abate a adolescente armado tras robo de bicicleta
Róterdam. – La tranquilidad habitual de los Países Bajos se vio sacudida este domingo luego de que la policía abatiera a tiros a un adolescente de 15 años en la localidad de Capelle aan den Ijssel, a pocos kilómetros de Róterdam. El menor era sospechoso de haber robado una bicicleta eléctrica tipo fat bike y, según el testimonio policial, portaba un arma de fuego que se negó a soltar pese a las reiteradas advertencias.
El hecho ocurrió en las inmediaciones de un restaurante de la cadena McDonald’s y fue presenciado por decenas de ciudadanos, incluidos niños. El episodio, calificado como “inusual” en una sociedad donde los niveles de violencia y criminalidad son bajos en comparación con otros países europeos, ha generado conmoción y un fuerte debate público.
Una sociedad donde el delito es poco frecuente
En Países Bajos, y en gran parte de Europa del Norte, los índices de robo y violencia armada se mantienen históricamente bajos. Se trata de una sociedad considerada madura, desarrollada y con un alto grado de cohesión social, donde los incidentes de este tipo son prácticamente excepcionales. De acuerdo con datos oficiales, la policía neerlandesa dispara unas 214 veces al año, aunque la mayoría de los casos (194) corresponde a animales heridos o peligrosos. Las muertes vinculadas a disparos policiales son muy escasas, alrededor de diez al año.
Este contexto explica la magnitud del impacto que ha tenido la noticia en Capelle aan den Ijssel y en la opinión pública neerlandesa.
Los hechos
Según la portavoz de la policía de Róterdam, Mirjam Boers, los agentes llegaron al lugar alrededor de las 16:30 horas tras el reporte de un robo a mano armada. Allí encontraron al adolescente con un arma de fuego. “Le advertimos varias veces que soltara el arma y permaneciera quieto. En cambio, echó a correr y entonces le dispararon”, explicó.
El arma fue encontrada junto al cuerpo del joven. Además, dos personas más fueron detenidas como sospechosas de participar en el robo.
Testigos aseguran que los agresores llegaron en bicicletas y que uno de ellos mostró una pistola muy cerca de los clientes. Una trabajadora del local relató a la televisión neerlandesa RTL que llegó a estar “a medio metro de distancia” del arma antes de refugiarse en el interior del restaurante.
Repercusiones
El alcalde de Capelle aan den Ijssel, Joost Manusama, pidió calma a la población, subrayando el impacto que puede generar en los menores que presenciaron el hecho. “Hay niños entre los testigos y el impacto de todo esto es mucho mayor”, afirmó, anunciando coordinación con las escuelas para brindar asistencia psicológica.
Por su parte, el edil de Gouda, localidad de donde provenía el adolescente fallecido, expresó sus condolencias a la familia.
El caso ha abierto un debate sobre la creciente presencia de armas blancas y de fuego entre algunos jóvenes, un fenómeno que preocupa a las autoridades. Al mismo tiempo, ha puesto en el centro de la discusión la necesidad de reforzar políticas de prevención en un país que, hasta ahora, se enorgullecía de su baja incidencia delictiva y de la madurez de su sociedad.
La investigación en curso deberá determinar si los agentes actuaron conforme a los protocolos. Lo cierto es que este suceso, por su rareza, ha dejado una profunda huella en la percepción de seguridad de los neerlandeses.
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