El papel silencioso pero esencial de la traducción en la ONU
Naciones Unidas. Cada 30 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Traducción, una fecha que resalta la importancia de una labor muchas veces invisible pero indispensable para el funcionamiento del sistema multilateral. La traducción es, en esencia, el puente que conecta naciones, culturas y pueblos en un espacio donde conviven diferentes idiomas y realidades.

En la ONU, donde se trabajan seis idiomas oficiales —árabe, chino, español, francés, inglés y ruso—, la traducción y la interpretación son claves para que todos los países sean escuchados en igualdad de condiciones. Sin este trabajo especializado, los acuerdos internacionales, las resoluciones en materia de derechos humanos o las negociaciones sobre seguridad global estarían expuestos a graves malentendidos.
Además de su dimensión diplomática, la traducción cumple un rol decisivo en la educación, la ciencia, la literatura y el desarrollo cultural. Permite que el conocimiento circule libremente, que las lenguas minoritarias tengan presencia en espacios globales y que los pueblos puedan acceder a información esencial en su propio idioma.

En 2017, la Asamblea General de la ONU reconoció oficialmente esta fecha como una manera de rendir homenaje a los traductores, intérpretes y terminólogos, cuyo trabajo contribuye de manera directa a la paz, la cooperación y la construcción de un mundo más justo.
Hoy, en tiempos de rápidos cambios tecnológicos y nuevos desafíos, los profesionales de la traducción también enfrentan el reto de combinar herramientas digitales con su criterio humano, garantizando precisión, sensibilidad cultural y fidelidad al mensaje original.
El Día Internacional de la Traducción es, por tanto, un recordatorio de que sin esta labor silenciosa pero vital, el diálogo entre naciones sería prácticamente imposible.
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